Lo mejor de las series de TV del 2012
No, no sale “Girls”. Ni “Homeland”. Ni siquiera “Revolution”. Y no digamos ya “Juego de tronos”, por Dios, no me hagáis reír. Tampoco la tercera temporada de “Treme”, la de“Boardwalk empire”, la quinta de “Breaking bad” o la última de “The Walking Dead”. Algunas no me ha dado tiempo a verlas, otras me ha podido la pereza y varias de ellas, ejem, me importan un pimiento. Ya hay otros blogs, webs y publicaciones, además, que hablan sin parar de estas series. También de algunas que destaco aquí, es cierto. Pero, básicamente, lo que sigue es un repaso (subjetivo, como no) a lo mejor que he visto en ficción televisiva este 2012. Y me refiero tanto a series enteras, como a tendencias generales, como a capítulos concretos. Otro ejemplo más de que no me entero de nada… En cualquier caso, esto es lo que más me ha interesado-gustado de las series de este año:
¿Animación para niños?
Arriba del todo, siempre las ideas. Ideas no como ocurrencias, sino como alimento para ese monstruo caníbal y tirano que es nuestra capacidad de sorpresa como espectadores. Por eso las series que más me han roto la cintura este año son “Hora de aventuras”, y un poco por detrás pero no mucho, “El asombroso mundo de Gumball”. Su inventiva no tiene fondo. El cambio de paradigma que proponen no lo ha planteado ninguna otra serie de ningún otro género: violentar todas las reglas temáticas, narrativas y estéticas de la animación. Y son series infantiles, dicen. Sí, claro. Como si la híper-creatividad fuera sólo un valor apreciable por un niño. Dos series sin límites y, por tanto, sin edad. Un fenómeno de culto que no deja de crecer.
El jaguar
El título del capítulo es “The other woman”. Pero para mí siempre será el del jaguar. Tres cuartos de hora de televisión suprema que esencian todo “Mad men”: el drama psicológico y las miserias de unos personajes que son todo fachada de luxe puesto en pantalla como un cuento para adultos. A la altura de ese otro mítico capítulo de la segunda temporada, “The Jet set”, que para mí siempre será el de Don Draper perdido en una California de Antonioni. ¿Es la quinta temporada la mejor de “Mad men”? Yo soy de los que afirma en silencio apretando el morro.
Los tres capítulos sobre el late en “Louie”
Sería casi una lección de anatomía (quizá autopsia) sobre el show-biz televisivo, si no fuera por los giros de extrañeza que contiene: David Lynch, ni más ni menos, como coach de triunfadores del entretenimiento masivo. Hay que tener mala leche. Grande.
La consagración de “Justified”
La segunda temporada, ya aviso, era mejor. Pero es que el guardarropía de villanos de esta tercera es la bomba: a los naúfragos de los clanes Crowder, Givens y Bennett (mala hierba…) se les suma un Wynn Duffy con mayores ansias protagonistas, un extraño banquero-carnicero (Limehouse) y el psycho más perturbador que haya pisado nunca Harlan County: Richard Quarles. Total, Raylan Givens contra el imperio del mal. Y de nuevo: ¡esos diálogos! Cuando Raylan, en una vacilada estratosférica, saca una bala de su cargador, la deja caer sobre Duffy tendido en el suelo y le suelta “la próxima irá más rápido” vibré como no lo hacía desde que John MacLane nos felicitó la navidad con aquello de “Ho-ho-ho, now I got a machine-gun”.
El modelo negro británico
Que la entrada que hice hace meses sobre “Inside men” sea la más vista de largo de este blog me dice algo: no le solemos hacer demasiado caso a la ficción televisiva de género británica, pero cuando lo hacemos, flipamos. Normal… Es un gran thriller. La serialidad concentrada (4 capítulos de una hora) permite sortear clichés y evitar exprimir la gallina hasta que deja de cagar dorado.
“Sherlock” y la ficción de entretenimiento
Los frikis han dado el sí. Y es que la segunda de “Sherlock” lo tiene todo. Niveles de lectura para exegetas de Conan Doyle, castillos de fuegos audiovisuales, química entre actores, tramas bien presentadas, anudadas y desenredadas… Esto sí es el neo-folletín de aventuras. Que todo el entretenimiento sea así, por favor.
La qualité-qualité
No sólo las lovers de Cumberbatch (que se conoce que hay bastantes) están de enhorabuena. También los haters de toda ficción prestigiada por la patilla (que si esto parece Shakespeare, que si esto otro es mejor que el cine, que si los grandes novelistas de la historia ahora escribirían para tal o cual serie, que siQUIERES HACER EL FAVOR DE CALLARTE!) ahora tienen argumentos de peso al otro lado de la balanza. Perdona bonita, pero es que prestigio es esto. Gustará más o menos, dará rabia tanta excelencia o no la dará, pero ni un sólo aspecto de “Parade’s End” esta expuesto a la mediocridad: adaptación de Ford Madox Ford, dirección compleja y hermosa confiando en que el espectador sea capaz de rellenar los huecos del relato, dirección de arte, fotografía, vestuario e interpretaciones de premio gordo… Qualité de verdad vs apariencia de qualité. En fin, que si hay que hacer algo de verdad exclusivo, lujoso y en serio, que lo talle la BBC (con ayuda de HBO, eso sí). Talibanes del high concept, yonkis del cliffhanger y cantores del verso “yo es que si no me engancha…”, abstenerse.
Sorkin ha vuelto
… pero ha vuelto a medias, no nos engañemos. “The Newsroom” es un clásico ejemplo dehit and miss. Miss: las tramas personales tienen la misma entidad que les daría un jugador novel de “Los Sims”, la parte política tiende en exceso a la demagogia, cuando no al patriotismo progre (y hasta el capítulo de Bin Laden es fácil no reparar en ello) y Sorkin se sabe él más listo… y veces se pasa de ídem. Hit: todas sus reflexiones sobre el periodismo, los medios y los grupos empresariales de comunicación actuales. Ahí, sí que sí.
Iannucci nunca se fue
“Veep” está muy bien, claro que sí. Tiene todo el veneno que ha ido perdiendo “Parks & recreation”. Pero la cuarta de “The thick of it” es otro paño. Ésta es su osadía: separar radicalmente grupos de personajes distintos a razón de un capítulo para cada equipo de protagonistas hasta que… se termina el barbecho y un juicio los hace coincidir a todos.Genius! Pero Armando Iannucci no sólo es un kamikaze del story-telling televisivo: también es un analista político de primerísima categoría (al lado de “The thick of it”, “Boss”es un sainete inflado a gibberish). O como recrearse con el dedo hurgando en la úlcera sin perder nunca la media sonrisa. Abro ahora una pestaña tangencial al caso Armando: muy potente y recomendable también el falso documental dirigido por el gran Peter Capaldi“Cricklewood greats” y muy divertida su participación como voz en off para los tres documentales dedicados a la historia del punk de BBC4.
Siempre nos quedará “Community”
¿Qué queréis que os diga? Sé que ya soy un brasas y casi una caricatura de mí mismo. Pero, al final, “Community” sigue siendo, un año más, una de las series con mayor imaginación, brillantez y audacia que puedan verse. No me parece que haya habido grandeshighlights en la comedia televisiva de este año (me interesó mínimamente “Workaholics”, me he reído con el clasicismo dignísimo de “Red dwarf X”… poco más). Pero la serie de Dan Harmon continúa allí arriba. El capítulo de las líneas temporales, el del documental de la guerra entre sábanas y almohadas y, sobretodo, “Digital estate planning”, en el que todo el episodio es un vídeo-juego arcade, me parecen que son los picos más altos en la gráfica de creatividad televisiva de este 2012.
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